Para entender mejor la tradición del día de muertos entre
los ñöñhos, no solo basta con mirar las ofrendas caseras o las que se preparan en los cementerios, si no
hacer una revisión completa a todo lo que rodea el concepto y conformación
sobre los fieles difuntos, su regreso a la tierra de los vivos y su permanencia
en esta. Para los ñöñhos de San
Idelfonso Tultepec los antepasados no abandonan a su descendencia,
la ayudan a tener buena salud y cuando es meritorio, la castigan con
enfermedades que solo pueden curarse con medicina tradicional.
Los ñöñhos recuerdan no solo a sus difuntos (niños y
adultos) sino también a los fundadores del pueblo y la iglesia; ellos (las
animas) son recibidos en el altar que se coloca en la iglesia de San Idelfonso
por los mayordomos y los cargadores, después se les rendirá pleitesía en sus respectivos hogares, para lo
cual se les guía por caminos adornados, principalmente con flores, hasta esos lugares de gran veneración dentro
de sus antiguos lugares de residencia.
Para el pueblo ñoñho las almas de los difuntos se “clasifican”
en tres distintas formas, las almas de los angelitos, las almas de los mayores
y las almas de los difuntos accidentados. Las almas de los angelitos son todas
aquellas que pertenecieron a personas que no tuvieron el pecado de conocer
pareja o tener familia, así, en este sentido un angelito puede ser incluso una
persona de más de 18 años siempre y cuando no haya tenido pareja (incluso
relaciones sexuales).
Las almas de la gente mayor o de los adultos son aquellas
que pertenecieron a las personas que si
conocieron el pecado de la carne, tuvieron pareja y familia. Las almas
de los difuntos accidentados son todas aquellas almas de las personas que
murieron en accidentes de la carretera, en el campo o en cualquier lugar público
(estas almas generalmente permanecen esperando la visita de sus familiares en
el lugar donde murieron) donde desde su fallecimiento se levantaron pequeños
altares (cruces, capillitas, placas) en el lugar donde tuvieron el accidente.
Se cree que los ñöñhos tienen un día especial para todas las
almas de las personas que fueron víctimas de la violencia.
Las festividades de los muertos (o de todos los santos)
comienzan el día 31 a medio dia con el repicar de las campanas de la iglesia de
san Idelfonso, por lo cual el campanero se presenta al campanario antes de las
12:00 pm , muchas veces se permite que algunos jóvenes ayuden al campanero en
este trabajo.
- Los angelitos.
A diferencia de muchas regiones de México, donde las almas
de los niños son esperadas el día primero de noviembre, la población de San
Idelfonso Tultepec los recibe desde el mediodía del 31 de octubre. Ese día, se recibe a las almas de los
angelitos en altares especialmente dedicados para ellos, en los cuales sobre
mesas con manteles blancos se colocan frutas, galletas, dulces, refrescos, panes de dulce, tamales con
poco chile e incluso cigarros y bebidas alcohólicas para los angelitos mayores.
- Las almas de la gente mayor.
Al mediodía del primero de noviembre cambia el repique de
las campanas de la Iglesia, ahora se toca para el difunto mayor y así se
despide a las almas de los angelitos (aunque algunas familia tienen la creencia
de que por algunas horas las almas de los angelitos y de los mayores conviven
juntos, pues no se retira completamente la ofrenda que se ofreció
anteriormente). Ahora en las ofrendas se colocan más guisos a base de carne de
puerco, pollo y pescado, cervezas, tequila, tamales con un poco más de chiles y
pan de dulce y/o blanco.
En la tarde de ese mismo día se reza el santo rosario, se sahúma
con inciensos en forma de cruz (rindiendo homenaje a los cuatro rumbos del
mundo) y se enciende una veladora por cada alma a recordar.
- Las almas de los difuntos accidentados.
Para las almas de las personas fallecidas en un accidente, el
lugar de veneración y recordatorio es en los lugares donde anteriormente fueron
hallados sin vida y en los cuales se erigieron pequeños monumentos a los nueve días
del fallecimiento. Los familiares y toda la gente que recuerda a estas almas
generalmente acuden a los lugares a limpiar las pequeñas cruces, capillitas o
placas que se levantaron ahí para el alma del difunto, se reparan, se repintan
y se adornan con flores y se colocan veladores y ocasionalmente se dejan
frutas, galletas y dulces, se reza el santo rosario, se dicen plegarias en
favor del alma del difunto (muchas de estas estan destinadas a aliviar su
soledad).
las almas de nuestros fieles difuntos que viajan del inframundo día que nos vienen a visitar a todos los que estuvieron serca de ellos
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