domingo, 20 de julio de 2014

#Cuento: Ra Karasu. (Karasu)

Getbu ra Zi Nija dige'a ma hnini, ha n'a ra za xi ra ndäxjua mi b'ui Ra Karasu, n'a ra ka xi xa mbot'i ngu ra m'exui. Ra Karasu ngu man'a ya ka bi ho ya fexna nt'ote, njabu ge nuni hinbi b'edi ra njamasu ham'u ha ra tai ya bäts'i bi tege ya fexna bexo dige ra k'astaboja bi tai ya zi dätfi o ya nt'eni.



Ha nugi ga pets'i n'a ra fexna bexo - bi beni Ra Karasu - nugi dra johya.

N'a ra ndomingo Ra Karasu bi nangi ha ra y'eza dige'a n'a ra za dige'a ra b'axkahai ra Zi Nija, bi t'omi ya jä'i ge da poni ra mixa ne ga handi ra zi t'ixke da ents'i ya t'uka hamthuhme pa ra nuni, ya domits'u nehe bi t'omi.

¡tan! ¡tan! ¡tan! bi zoniyu ya t'egi ne ya jä'i da poniyu dige'a ra mixa, mra made ra pa ne ya jä'i ya dane da tsi, ndunthi ya da tihiyu pa ra ntai pa da tsi. Ebu Ra Karasu bi handi ge n'a ra t'uka bäts'i bi fote n'ara fexna bexo dige'a ra thengaboja...

¡Xa mahotho! nuna ra fexna bexo da pets'i ma met'i - bi ena Ra Karasu ne bi hñatsi xa tihi ra fexna bexo, ko ra ndoy'o tsone bi mihi ra bexo ne ko ra nepate bi fudi bi hñatsi. Ha ra b'afi Ra Karasu bi huts'i ra fexna bexo ko ndunthi ra zu.

Nu'i gra mahotho, nugi hinto'o ga uni ra nseki di häts'a'i - bi ena Ra Karasu ndunthi ma iki.

N'a ra xui Ra Karasu ha ra b'afi bi konts'i ra fexna bexo ko ya jua ham'u n'a ra kenthe bi fudi; ko ra ndähi ne ya huei, ra kenthe bi f'emi ya za. Ra Karasu ko ra nzu bi ñänte ra fexna bexo.

Ra xui bi yot'i ko ya huei ne ra yab'u Ra Karasu bi handi n'a ra nt'ote ge yot'i ko ndunthi ya ñot'i. Xi xa mahotho ge ma bexo - bi ena ne bi handi ra bexo ko ra nseya - da pets'i ma meti.

ko ndunthi ra nepate Ra Karasu bi fudi bi hñatsi pa ra ndunthi fexna nt'ote, ra kenthe ko ra y'e bi ot'e xa hñe'i ge Ra Karasu bi tsa bi hñatsi. Da ne da pets'i, da ne da pets'i - bi beni Ra Karasu. Ebu, n'a ra huei bi tagi ne bi ho Ra Karasu ge bi tagi bi du po ra nts'edi dige ra huei.

Ra moraleja: Ra dänga nepate mra ri du.

Ra Armando Loreto.

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Español.

Cerca de la iglesia de mi pueblo, en un árbol muy viejo, vivía Karasu, un cuervo negro como la noche. A Karasu,como a cualquier otro cuervo, le gustaban las cosas brillantes, así que no perdía atención cuando en la plaza los niños gastaban brillantes monedas de oro comprando dulces o juguetes.

—Si yo tuviera una de esas monedas —pensaba Karasu— sería muy feliz.

Un domingo Karasu estaba posado en uno de los árboles del atrio de la iglesia, esperando a que saliera la
gente de misa, pues quería ver si aparecía la amable ancianita que les regalaba migajas a él y a muchas de las
palomas que, hambrientas, ya estaban más que puestas para al banquete.

“¡Tan! ¡Tan! ¡Tan!”, sonaron las campanas y la gente salió de misa. Era poquito antes de medio día, la gente ya quería comer y para tal motivo muchos ya se dirigían a la plaza. Karasu los miraba como siempre, cuando, de repente, un niño que corría tras sus hermanos soltó por descuido una brillante moneda de cobre.


—¡Qué bonita moneda! Tiene que ser mía —dijo Karasu, y voló hasta la moneda, la recogió con el pico y, lleno de avaricia, se apresuró a volar. Ya en su nido, Karasu acomodó con mucho cuidado su nueva adquisición: aquella moneda brillante—. ¡Eres muy bonita! No voy a dejar que nadie te lleve, tú eres mía —decía Karasu repetitivamente.

Una noche, Karasu se encontraba en su nido acariciando la moneda con sus alas cuando una tormenta se desató. Relámpagos, agua y viento azotaban los árboles con furia. Karasu defendía ferozmente su moneda.

La noche se iluminaba con los relámpagos y a lo lejos Karasu logró observar algo que brillaba con gran fulgor.

 —Es más bonito que esta moneducha —dijo Karasu, mal mirando la moneda—. ¡Tiene que ser mía!


Avaro, Karasu comenzó a volar hacia aquella cosa brillante, pero la tormenta hacía muy difícil que Karasu lograra volar con rapidez.  —¡Tengo que llegar, tengo que llegar! —se repetía, tratando de hacerse allegar fuerzas. De pronto, un rayo cayó iluminando la noche tan oscura, y Karasu cayó fulminado por el mismo; la avaricia había sido su perdición.

Moraleja: la avaricia es mala.

Armando Loreto. 

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http://issuu.com/letrasraras/docs/letrasraras_enero14

martes, 15 de julio de 2014

#Religion: Otonteuhctli.


Otonteuhctli / Hmuhñähñu / Mäkihmuu (Señor de los otomies) es el Dios y caudillo principal de los Otomies pues de el tomaron su nombre, también es dios del fuego y patrono de los guerreros caídos en batalla. A pesar de ser un dios otomi los mexicas también le rendían culto en su faceta de dios del fuejo bajo los nombres de Xiuhteuctli y Xocotl. 

"el vocablo otomitl, que es el nombre de los otomites, tomaronlo de su caudillo el cual se llamaba Oton..."
Sahagún.
 
1) Faceta de caudillo/ ancentro de los otomies. 

Otonteuhctli, como caudillo principal de los otomies aparece representado en el codice de Huamantla, donde, entre otros sucesos, se muestra la migracion de un grupo otomiano. En un fragmento esta pintada una cueva desde donde pesuntamente salieron los migrantes; dentro de la cueva figuran un hombre y una mujer (donde se comprueba que el hombre el Otonteuhctli, pues la pintura facial negra sobre la piel lo delata), la mujer a su lado es identificada con Xochiquetzal o con una diosa de similares atribuciones. 

Es muy claro que se representó a Otonteuhctli y a su esposa como antepasados y caudillos del grupo en migración.

En la caracteristica de muerto elevado a deidad conocemos a Otonteuhctli con el nombre de cuecuex, que no es más que el nombre de los muertos deificados. En el canto de Otonteuctli el dios habla y dice: "Yo soy el tepaneca, el cuecuex" (nitepanecatli aya cuecuex).

Códice de Humantla.

2) Faceta de dios del fuego.

Otonteuhctli como dios otomi era representado con el rostro pintado a la usanza otomi; la pintura facial consiste en dos franjas, uno a la altura de los ojos y otra a la altura de la boca, como la de tezcatlipoca solo que esta es negro sobre el fondo blanco, la cabeza coronada con un doble adorno análogo de dos hojas anchas.

En su faceta de dios del fuego, lo vemos identificado (según el comentarista del códice Vaticano-Rios) con Huehueteotl dios del fuego viejo; por otro lado Sahagún lo hace igual al dios mexicano Xiuhtecuhtli pues en sus textos en náhuatl hace referencia a que Xocotl Uetzi era la fiesta de otontecuhtli.    Como Dios del fuego
otonteuctli tambien aparece con el nombre de ocoteuctli (Señor del ocote).

"los tepanecas traían como dios a ocoteuctli que es el fuego y por eso echan en el fuego para sacrificar a todos los que tomaban en la guerra"
Historia de los mexicanos por sus pinturas.
3) Faceta de dios de los muertos.

Otros rasgos distintivos e importantes a Otonteuhctli son los relacionados con los muertos. Al relacionarse con los guerreros caido en batalla, se representa al dios vestido con los ropajes tipicos del guerrero que va a ser sacrificado...

"Atavios de Otonteuctli: en la cara tiene pintada bandas de colores (ixtlan tlaantic).   Lleva una cabellera de papel (yyamatzon) con la mariposa de obsidiana en ella (itzpapalotl).  Rodean sus hombros unas estolas de papel (yyamaneapanal), y tambien de papel es su braguero.  En los pies tiene campanillas (tzitzilli) y cascabeles (oyoalli). su rodela cubierta de bolas de plumon y en ella esta el dardo de cacto (tzioactlacuhtli). en la mano lleva una flecha de cacto (tziocac mitl)."
Sahagún.

Glifo de Xocotitlan, donde se aprecia el adorno de dos hojas en la cabeza de Otonteuctli tambien reconocido como Xocotl




Por representar Otonteuhctli el culto a los señores muertos se explica perfectamente la asimilacion del dios al primer caudillo de los otomies (y de los tepaneca), pues uno de los principales procesos por el que en las religiones mesoamericanas se produce tan gran numero de deidades, es la deificacion del caudillo antepasado de una tribu que toma los atributos del dios de la misma tribu del cual se considera representante, viniendo a formar una nueva advocacion. Probablemente este es el proceso por el cual se dio origen al dios Otonteuhctli, mediante la deificacion de uno o mas caudillos tribales y su asimilacion parcial al dios mas importante de la tribu, que como hemos visto es el Padre Viejo, pues asi se explicaria el doble caracter de Otonteuhctli dios del fuego y a la vez patrono de los guerreros y señores muertos.

martes, 8 de julio de 2014

#TradiciónOral: Ra Zi Xumfô Dêhê (La Sirenita)

Una vez un señor estaba trabajando, era muy pobre, siempre caminaba para ir a comprar sus trastes y poder volver a venderos. Antes se caminaba nada más, la gente iba caminando desde aquí hasta México. Una vez se fue, se dice que paso por una laguna y que en esa laguna fue a descansar pues siempre descansaba en ese lugar, dicen que se durmió sentado a la sombra y que cuando despertó sintió que una mujer estaba parada a su lado.

Ella lo despertó:
- ¡Despierta! quiero pedirte un favor... ¿Me llevas? ¿Nos vamos?

Entonces el señor le respondió que no, porque llevaba mucha carga, que llevaba muchos trastecitos.  Y entonces la muchacha, que era una muchacha delgada y muy bonita, le volvió a decir:

- No, no peso, me voy a sentar donde están tus ollas y tus platos...

-No, porque me vas a romper los platitos - dijo el señor

- No, no te los rompo, me siento aquí - termino por decir la muchacha y termino por ganarle la voluntad al señor.  Entonces la muchacha muy bonita se subió, no quebró los platos. Al caer la noche, cuando murió el sol, el viejito sabia donde debía descansar, donde podía recostarse, entonces el señor saco las tortillas y se disponía a comer e invito a la muchacha.

- Yo no como, pero tú come, yo te espero - dijo la muchacha tranquila.

Cuando se iban a acostar, el señor se recostó en un lado y la muchacha en otro, pue el señor pensó que si dormían juntos podían hacer algo, por eso se recostó lejos de la muchacha, pero quien sabe que pensaría después y se arrimó a la muchacha y esta le dijo:

- No, no te me acerques, acuéstate a dormir, te puedo asustar - entonces se destapó las piernas y tenía muchas serpientes, acociles, salamandras y ranas pegada en las piernas.  Pero cuando le enseño al señor sus piernas, este no tuvo miedo.

- Si, me voy a acostar no más - dijo el señor y durmió.

Cuando amaneció el señor le dijo a la muchacha que ya se iría, que seguiría caminando. Cuando se fueron la muchacha otra vez era normal, ya no tenía a los animales pegados a sus piernas. Cuando llegaron a otra laguna, la muchacha le dijo que ahí se quedaba.

- ¿Aquí te bajas entonces? - pregunto el señor.

- Si, y te voy a pagar por traerme, pero ahora vete a vender - dijo muy seria la muchacha. - mañana me esperas aquí si tu llegas primero, si llego yo primero te espero.

- Si - dijo el señor y se fue rápido a vender sus platos y las ollas que llevaba. Camino y llego a México.

Cuando regreso no había nadie, llego al lugar donde debía esperar a la muchacha y se sentó, se durmió otra vez y cuando sintió lo estaban despertando...

- Despierta, aquí estoy - le decía la muchacha mientras lo zarandeaba. En sus manos traía una naranja muy grande. 

- llévala, se la das a tu esposa, no la peles, guárdala y llévala no mas ¿Cuantos viven contigo? - dijo la muchacha.
 
- Somos dos, mi mujer y yo - le respondió el viejito.

- Llévala, cuando llegues se la das, que la vea - dijo la muchacha - cuando llegues le dices: "Fui a llevar una muchacha, me pago" entonces pélala para comer, comerás toda tu vida.

- Gracias, dijo el señor.

- Vete rápido, ya no vas a volver a vender - le dijo al señor la muchacha.

Cuando llego a su casa con su mujer, le dijo - traigo una naranja, me pagaron, una mujer que lleve cargando, la muchacha me pago.

- dámela - dijo la esposa. Cuando la pelaron no había fruta, había puro dinero. Entonces fue rico el señor y salió de pobre, con la naranja.

Juana Delgado de Ramírez.
Relatos Otomies.